ADAPTACIÓN AL CAMBIO

En la actualidad, vivimos una revolución constante en lo que a herramientas en la red se refiere, que está cambiando la forma de interactuar en el mundo laboral. Esto también conlleva ajustes y cambio en el mercado laboral y en sus relaciones dentro de las compañías en la que todos los trabajadores, nos guste o no, nos veremos afectados y, si queremos sobrevivir, deberemos adaptarnos.

Así que aquellas personas entre 50 y 60 años de edad, tendrán que hacer un esfuerzo extra para no quedarse descolgados. Las generaciones más jóvenes están acostumbradas a manejarlas con los ojos cerrados porque han crecido con ellas y están acostumbrados a las actualizaciones que se producen constantemente y la puesta en marcha de nuevas aplicaciones, por lo que se adaptan fácilmente a lo nuevo y no les cuesta esfuerzo.

Obviamente las generaciones más mayores, que ocupan ahora puesto de perfil medio y alto en las empresas, tienen grandes cualidades y capacidades, demostradas a lo largo de toda su carrera profesional lo que les ayudó a llegar a los puestos de responsabilidad que ocupan en la actualidad. Crecieron con otro tipo de herramientas y se han incorporado al ordenador y a Internet porque no les ha quedado más remedio. Sin embargo, a muchos de ellos, hablarles de blogs, redes profesionales y sociales, twittter, dropbox, foros, Skype, etc., les suena a chino y son reacios a investigar qué pueden estas herramientas de interactuación aportar. No son conscientes de en poco tiempo, van a ser esenciales para todos los trabajadores. Esto requiere que deben de asumir sus carencias y comenzar a formarse en este tipo de herramientas para poder adaptarse y seguir siendo competitivos que les evite llegar a ser prescindibles a corto plazo, al no poder aportar un valor añadido.

El tener años a las espaldas da muchas tablas profesionales, se sabe reaccionar a muchas situaciones porque se ha experimentado ya mucho. Sin embargo, son personas de hábitos adquiridos, que les cuesta cambiar la forma de hacer las cosas por el miedo al cambio. Ahora, la interactuación y la colaboración son fundamentales, dejando en un segundo plano el trabajo individual.

En plena recesión económica, las empresas tienen que prescindir de personal para que les salgan las cuentas y no se salva nadie, independientemente del escalafón que ocupe; las “vacas sagradas” también pueden caer. No es de extrañar que ahora mismo abunden muchos directivos con dilatada experiencia en las filas del paro buscando una nueva oportunidad laboral con la dificultad añadida de que la edad que ya tienen a priori es un handicap negativo para reincorporarse al mercado laboral porque muchas empresas son reacias a incorporarlos. Así que habrá que darles razones para romper esos mitos y demostrar que se es capaz de evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos. Será, pues, necesario reciclarse. Todo se aprende con ganas y empeño.

Son personas muy constantes, acostumbrados a esforzarse para conseguir todo porque no se les ha regalado nada y eso cuenta a su favor porque a priori, las nuevas generaciones, sin generalizar claro, suelen ser bastantes inconstantes porque tienden a comenzar muchas cosas pero enseguida tiran la toalla.

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