4 Razones por las que la gente toma decisiones estúpidamente

exceso confianza - tomar decisiones

Alguna vez te has preguntado ¿por que muchas de las personas que conoces insisten en tomar decisiones, claramente, equivocadas?

El motivo por el que lo hacen puede depender de varias situaciones, enfoque, la persona o simplemente el momento y si pudiésemos hacer un listado genérico podríamos resumirlo en 7 causas:

1. Exceso confianza:

Cuenta un relato popular Veracruzano que «en las orillas del río Tonalá, vivía una rana muy generosa. Cuando llegaba la época de las lluvias ella ayudaba a todos los animales que se encontraban en problemas ante la crecida del río.

Cruzaba sobre su espalda a los ratones, escarabajos, hormigas, etc., e incluso a alguna nutritiva mosca a la que se le mojaban las alas impidiéndole volar. Pues su generosidad y nobleza no le permitían aprovecharse de ellas en circunstancias tan desiguales.

También vivía por allí un escorpión, que cierto día le suplicó a la rana:

– «Deseo atravesar el río Tonalá, pero no estoy preparado para nadar. Por favor, hermana rana, llévame a la otra orilla sobre tu espalda».

La rana, que había aprendido mucho durante su larga vida llena de privaciones y desencantos, respondió enseguida:

– «¿Que te lleve sobre mi espalda? ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco lo suficiente para saber que si estoy cerca de ti, me inyectarás un veneno letal y moriré!

El escorpión le replicó:

– «No digas estupideces”. Ten por seguro que no te picaré. Porque si así lo hiciera, tú te hundirías en las aguas y yo, que no sé nadar, perecería ahogado.

La rana se negó al principio, pero la incuestionable lógica del escorpión fueron convenciéndola y finalmente aceptó. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró, y comenzaron la travesía del río Tonalá.

Todo iba bien. La rana nadaba con soltura a pesar de sostener sobre su espalda al escorpión.

Poco a poco fue perdiendo el miedo a aquel animal que llevaba sobre su espalda.

Llegaron a mitad del río Tonalá. Atrás había quedado una orilla, la del Estado de Veracruz. Frente a ellos se divisaba la orilla a la que debían llegar, la del Estado de Tabasco. La rana, hábilmente sorteó un remolino.

Fue aquí, y de repente, cuando el escorpión picó a la rana. Ella sintió un dolor agudo y percibió cómo el veneno se extendía por todo su cuerpo. Comenzaron a fallarle las fuerzas y su vista se nubló. Mientras se ahogaba, le quedaron fuerzas para gritarle al escorpión:

– ¡Lo sabía! Pero.. ¿Por qué lo has hecho?

El escorpión respondió:

– «No puedo evitarlo. Es mi naturaleza».

Y juntos desaparecieron en medio del remolino mientras se ahogaban en las profundas aguas del río Tonalá que divide a ambos estados mexicanos.

Todos tenemos la capacidad de percibir e identificar los peligros que existen a nuestro alrededor, forma parte de nuestro instinto. El problema surge cuando dicha capacidad no es la adecuada al cargo profesional ya que no se es capaz de detectar los problemas, se subestima el riesgo, la capacidad de respuesta y se incurre en errores quizás muy peligrosos.

Una solución al problema sería la de entrenar a todos y cada de los trabajadores delimitando los riesgos que deben y no deben tomar.

instinto manada - toma decisiones

2. Instinto Manada…

¿Cuantas veces has echo algo simplemente por que todo el mundo lo ha echo?

Cerca del poblado de Gevas al este de Turquía, mientras los pastores tomaban su desayuno, una de sus ovejas saltó por un precipicio de casi 14 metros y se mató.

Luego, ante la mirada de asombro de los pastores, el resto del rebaño la siguió.

En total, 1,500 ovejas se lanzaron ciegamente por el precipicio. La única buena noticia era que la caída de las últimas mil ovejas fue amortiguada por la creciente pila de lana de aquellas que habían saltado primero.

450 ovejas murieron según el diario The Washington Post.

La presión social, el instinto grupal, los condicionantes psicosociales… son los culpables de muchas actuaciones ilógicas e irracionales. Nuestro desafío, a la hora de tomar decisiones, consiste en evitar el error de las ovejas que ciegamente se siguieron unas a otras para lanzarse al precipicio.

¿Actúo de acuerdo a mis razonamientos o actúo, tan solo, de acuerdo a lo que piensa la mayoría?

egoismo - toma decisiones

3. Egoísmo…

Ante situaciones problemáticas es común pensar en uno mismo antes que en los demás…

El Primer Ministro de la Dinastía Tang fue un héroe nacional por su éxito como estadista y como líder militar. Pero a pesar de su fama, poder, y salud, se consideraba un humilde y devoto Budista.

A veces visitaba a su maestro Zen favorito para estudiar con él, y parecía que se llevaban bien. El hecho de ser primer ministro parecía no afectar su relación, que parecía ser la de un venerado profesor y un respetuoso alumno.

Un día, durante su visita usual, el Primer Ministro le preguntó al maestro:

– «¿Su Reverencia, qué es el egoísmo de acuerdo al Budismo?»

La cara del maestro se volvió roja, y con una voz condescendiente e insultante, le respondió:

– «¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?»

Esta respuesta inesperada impactó tanto al Primer Ministro que se quedó callado y furioso. El maestro Zen sonrió y dijo:

– «ESTO, Su Excelencia, es egoísmo».

toma decisiones - enfoque

Continuando con la serie ¿por que muchas de las personas que conoces insisten en tomar decisiones, claramente, equivocadas?, recordemos las tres anteriores:

 

4. Enfoque:

Solo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez, y no estoy seguro de la primera de ellas.  Albert Einstein

Dea acuerdo a como habíamos comentado en un anterior post retomo la historia de 6 hindúes sabios:

Seis hindúes sabios, inclinados al estudio, quisieron saber qué era un elefante. Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto.

El primero en llegar junto al elefante, chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: «Ya veo, es como una pared».

El segundo, palpando el colmillo, gritó: «Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como una lanza».

El tercero tocó la trompa retorcida y gritó: «¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente».

El cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: «Está claro, el elefante, es como un árbol».

El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: «Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico».

El sexto, quien tocó la oscilante cola acotó: «El elefante es muy parecido a una soga».

Y así, los sabios discutían largo y tendido, cada uno excesivamente terco y violento en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, todos estaban equivocados.

Satisfecha así su curiosidad, volvieron a darse las manos y tomaron otra vez la senda que les conducía a su casa.

Otra vez sentados retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante, seguros de que lo que habían experimentado por ellos mismos era la verdadera forma del elefante.

Seguramente todos los sabios tenían parte de razón, ya que de algún modo todas las formas que habían experimentado eran ciertas, pero sin duda todos a su vez estaban equivocados respecto a la imagen real del elefante…

¿Cuestión de enfoque?

Foto: Flirck

5 Comments

  1. Senior Manager octubre 2, 2008
  2. Jesús López octubre 2, 2008
  3. claudio obregon -alliance octubre 2, 2008
  4. Armando octubre 21, 2008
  5. jesús octubre 22, 2008