Entendiendo la paradoja de la contabilidad mental

La contabilidad mental es el proceso por el cual la gente clasifica los diferentes gastos. Se trata de dividir activos y pasivos en distintos compartimentos que nos llevan a actuar de distinta forma, respecto al dinero, según el tamaño o importancia que le asignemos.

La realidad del dinero es que es intercambiable mentalmente y por ello, la idiosincrasia interna de cada contabilidad mental, hace que a veces nos comportemos de formas incoherentes. Llevamos una contabilidad compartimentada y, según nuestros criterios, decidiremos para qué se usa y de donde provino. Pero lo curioso es que, aunque el dinero se puede transferir internamente de unas áreas a otras, tenemos tendencia a negarnos a hacerlo, aunque sea inconscientemente.

Uno de los ejemplos clásicos para ilustrar las paradoja de la  contabilidad mental es el siguiente:

– Una persona va al cine a ver una película y al llegar se da cuenta que perdió las entradas que había comprado por adelantado (por un coste de 20 € ).

Después de pensar en la pérdida, esta persona, decidirá si comprar otras o no

– La misma persona va al cine y al llegar se da cuenta que perdió un billete de 20 € de su cartera.

¿En cuál de las dos situaciones creéis que esta persona irá al cine?

En ambos casos la pérdida es igual, 20 €, sin embargo la primera situación, perder las entradas, parece mucho peor que la segunda.

Cuando se le pregunta a un grupo de personas que haría en cada caso, la mayor parte estará de acuerdo en que perder las entradas es peor y serán mas reacios a comprarlas nuevamente, sólo el 46% lo haría, frente al 88% que compraría las entradas sin dudarlo si lo que hubiesen perdido fuera el billete de 20 €.

Dividir el dinero en diferentes compartimientos hace que la “cuenta” dedicada al entretenimiento reflejaría 40 €, en el caso de perder la entrada; sin embargo, en el caso de haber perdido el dinero,la ”cuenta” del entretenimiento permanecería en 20 €.

Tendríamos la sensación de haber gastado menos dinero en ir al cine, aunque la salida efectivamente nos hubiera costado 40 € en ambos casos.

Más Info: Mental Accounting, Washintong Post

¿Eres consciente de tu contabilidad mental?