Motivación personal

Motivación personal…suena a pergamino encriptado…

Llevo años preguntándome cual es el verdadero zen de la motivación personal y no consigo encontrar una respuesta lo bastante lógica como para que mis inquietudes se den por satisfechas.

La motivación personal parte de la persona, valga la redundancia, y en ella encierra sus verdaderos secretos. Si deseas motivar a alguien, para que haga algo, has de conseguir que se despierte en su interior un deseo real para hacerlo. Sino estarás perdiendo tu tiempo.

En dirección habilidosa me encuentro esta historia de «cómo despertar la verdadera motivación nos lleva a conseguir que nazca un lider»… fusilo casi todo el post y le pido disculpas a los chicos de dirección habilidosa:

Abdinasir Ali estaba a punto de realizar su sueño. Hidrogeólogo durante los últimos ocho años de una empresa multinacional de energía de Estados Unidos, albergaba un sueño que siempre había postergado para el momento de su jubilación.

Siempre había pensado que, cuando se jubilase y sus hijos fueran ya mayores, regresaría a Kenia con su mujer para dedicarse a la enseñanza de la gestión del agua y contribuir, de ese modo, a la construcción de pozos que tanto necesita su país.

Ese era un sueño que había comenzado a gestarse durante los largos períodos de sequía que, en su infancia, asolaron su aldea nativa, situada en una región fronteriza con Etiopía y Somalia.

Con cuarenta años de edad, su sueño de ayudar a su pueblo natal todavía quedaba muy lejano y, aunque valoraba muy positivamente las ventajas de trabajar en una gran multinacional, empezaba a experimentar un leve desasosiego, de modo que bastó con una simple insinuación para provocar el cambio.

-¿Qué es lo que está esperando, Ali? -le preguntó su coach.

Cuando Ali respondió que todavía no se hallaba en condiciones de renunciar a los beneficios que le proporcionaba su trabajo, su coach inquirió de nuevo:

-¿Está diciendo acaso que no hay multinacionales en Kenia o en África oriental que se dediquen a la gestión de los recursos hídricos?

Cuando Ali replicó que no había ninguna, su coach fue un paso más allá y le preguntó si no había pensado en la posibilidad de presentar a su empresa -o a cualquier otra- un proyecto para establecer una filial en África oriental, Ali contestó que se trataba de un proyecto tan caro que jamás se hubiera atrevido.

Supongamos -señaló entonces su coach- que su proyecto contempla la posibilidad de que, al cabo de un tiempo, la empresa acabe cediendo la central a la comunidad o a la región.

Al escuchar esta sugerencia Ali se quedó callado y su rostro fue iluminándose lentamente, como si se hubiera encendido una bombilla en una habitación a oscuras: asintió con la cabeza, se arrellanó en su asiento y sonrió.
Ali sabía bien que, para concretar su sueño, tenía que actuar como un catalizador del cambio, un visionario que supera transmitir a los directivos de su empresa las ventajas de su proyecto, lo cual le obligó a ahondar en su confianza en sí mismo. También tuvo que aprender a ser lo suficientemente flexible como para promover una nueva estrategia entre sus colegas y alentar su espíritu invovador. Así fue como su sueño fue concretándose y ampliándose de un modo antes imposible dada su escasa confianza en sí mismo y no solo se cincunscribió a su aldea natal, sino que acabó expandiéndose hasta llegar a abarcar Kenia y toda el África oriental.

Bastó con un solo chispazo de comprensión para que Ali reformulase la ilusión de toda su vida.

¿Qué os parece la anécdota de motivación personal?

2 Comments

  1. adriana octubre 29, 2007
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  4. miguel febrero 27, 2009
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