La importancia de formar, o la responsabilidad de formar. ¿Tú que crees?

Desde el punto de vista empresarial todas y cada una de las tareas que abordamos tienen su base en la productividad. Ya hemos hablado en muchas ocasiones de ella y quizás es una de mis grandes obsesiones pero, si buscamos llegar a una actividad rentable, entonces tenemos que invertir neuronas en su búsqueda.

¿Qué quiero decir? pues algo tan sencillo como que para seguir mejorando la productividad de tu negocio necesitas continuar aprendiendo. Tan sencillo -y difícil- como eso.

En un entorno volátil, con un ritmo desquiciado y tecnológicamente promiscuo la única seguridad reside en continuar avanzando, continuar moviéndose al son del mercado y de los clientes. Estos continúan en su algarabía de conocimiento lo cual desemboca en un contexto cada vez más exigente. ¿Cómo puedes ser productivo si no continúas aprendiendo?.

¿Formar o no Formar? he ahí la cuestión…

Bien pues si te toca dirigir entonces doblamos la apuesta. No sólo tienes que conocer el día a día sino que tienes que asegurar que tu equipo también lo conozca. ¿Cómo?

Las soluciones son variopintas pero me gustaría invertir algo de tiempo en una que lleva varios años de moda, es el e-learning para empresas, o, dicho de otra forma, la formación digital a distancia.

En Internet podéis encontrar mil y una soluciones pasando por las empresas más profesionales hasta los amateur con sus negocios de «infoproductos«. No tengo criterio para valorar si son mejor los unos o los otros, habría que conocer el detalle, pero si tengo claro que este tipo de formación supone tanto ventajas como inconvenientes.

Como ventajas podemos hablar de los ritmos, del momento, de las herramientas, de la cobertura, del ahorro de tiempo, de la flexibilidad, del control del aprendizaje, etc.

Como desventajas vemos la dificultad de pautar el ritmo, de la calidad de atención en el momento dedicado, de la dispersión que suponen determinadas herramientas -léase Internet-, de la impersonalización de la misma, de la frialdad a la hora de plantear la comunicación docente-alumno, etc.

Soy consciente que estamos hablando de una herramienta muy potente y que como tal, si quiero que mi equipo mejore, hay que utilizar pero -no por ello- me genera dudas.

Y tú, ¿qué opinas al respecto?