Ayer fue una de esas tardes que marcan historia. Quizás la primera piedra de un gran edificio o quizás una entrañable charla sobre una pasión común… pero lo cierto es que las vibraciones han sido muy buenas.
Ayer fue una de esas tardes que marcan historia. Quizás la primera piedra de un gran edificio o quizás una entrañable charla sobre una pasión común… pero lo cierto es que las vibraciones han sido muy buenas.