3 errores habituales a la hora de emprender


Emprender o no emprender esa no es la cuestión sino como y por qué emprender. Cuando te has obsesionado con el proyecto en cuestión, cuando solo ves la caja a rebosar y cuando no hay nada que te impida poner en marcha aquello con lo que sueñas ya estás acabado.

Una leyenda antigua cuenta que un hombre se perdió en el desierto y, tras caminar durante varios días, estaba a punto de perecer de sed cuando aparecieron algunas mujeres que venían en una caravana.

– El hombre, al borde de la muerte, gritó pidiendo auxilio.
– Cuando las mujeres se aproximaron a él, y lo rodearon, pidió urgentemente agua.
– Las mujeres empezaron a mirarlo con detenimiento y comenzaron a preguntarse cómo querría el hombre que le sirvieran el agua. ¿en un recipiente de oro o de plata?, ¿tal vez en una jarra?

Ellas hablaban y hablaban, interesándose por el objeto, pero, entretanto, el hombre iba agonizando por la ausencia de agua, hasta que murió.

Un emprendedor se convierte en una de esas mujeres a las que solo le importa como servir el agua. Darán una y mil vueltas para entender cual es la mejor forma para servir el agua y se despreocuparán de si lo tienen que hacer ya…

Emprender es complicado, y requiere mucho esfuerzo, pero sobre todo mucha mesura. Entender que se debe hacer y cuando es lo que, a menudo, resulta más difícil.

¿Donde se equivocan, con frecuencia, muchos emprendedores?

  1. Montar la empresa como hobby: Es decir, cuando le sobra tiempo de su quehacer habitual. Una empresa requiere dedicación y pasión. Requiere conocer el mercado, conocer los clientes, precios, competencia, tecnología, tiempos… ¿Se puede conocer todo esto en 45 minutos al día?
  2. Convertirse en el hombre orquesta: Querer hacerlo todo y en todo momento. No solo te robará energía para el «core» de tu negocio sino que te distraerá del verdadero foco de tu negocio, darle agua al sediento.
  3. Concentrarse en los detalles: Lo importante no es tener la idea del millón sino saber convertir tu idea en un negocio rentable. De poco sirve tener grandes ideas sino son factibles o sino tienen un mercado suficientemente amplio para que sean rentables. Es mucho más rentable una idea sencilla llevada a la práctica de una forma excepcional. Para ello debes olvidarte de todos esos pequeños detalles, al inicio, y probar una y otra vez hasta encontrar el foco. Luego, lo más beneficioso, es concentrarse en mejorarla y pulir esos detalles.

¿Eres emprendedor, donde te equivocaste cuando empezabas? ¿que errores te han hecho aprender? ¿puedes compartirlos con nosotros?

Foto: Flickr

9 Comments

  1. Miriam noviembre 30, 2009
  2. Miriam noviembre 30, 2009
  3. Xavi noviembre 30, 2009
  4. Yorgi Ramirez Arauz noviembre 30, 2009
  5. Jesús López diciembre 1, 2009
  6. Jesús López diciembre 1, 2009
  7. Pingback: Bitacoras.com diciembre 1, 2009
  8. Jesús López diciembre 1, 2009
  9. Jorge diciembre 21, 2009
  10. Pedro Rubio Dominguez agosto 7, 2010