En el blog de David Berruezo me encuentro este interesante cuento que transmite cómo todo lo que dices puede interpretarse para bien o para mal. Recuerda que siempre comunicas y todo lo que dices tiene una interpretación.
«Un hombre llegó a un pueblo y fue a ver al maestro sufí, el anciano sabio de la localidad.
El visitante dijo:
-Estoy considerando mudarme aquí. Me preguntaba qué clase de vecindario es éste. ¿Puede decirme cómo son las personas aquí?
-Dime qué clase de personas vivían en el lugar de donde vienes -dijo el maestro sufí.
-Oh, eran salteadores, estafadores y embusteros.
-¿Sabes algo? Ésa es exactamente la clase de personas que viven aquí.El visitante se fue y nunca volvió.
Media hora después, otro hombre entró al pueblo, buscó al maestro sufí y le dijo:
-Estoy pensando en mudarme para acá. ¿Puede decirme qué clase de personas viven aquí?
-Dime qué clase de personas vivían en el lugar de donde vienes -volvió a responder el maestro.
-Oh, eran las personas más amables, dulces compasivas y afectuosas. ¡Los voy a extrañar muchísimo!
-Ésa es exactamente la clase de personas que vive aquí -dijo al maestro.»
Lo cierto es que el que critica se confiesa ya que lo único que hacemos es trasladar nuestra realidad a través de las palabras.
Dime con quien andas y te dire como eres decía un refrán y dime que criticas y te diré de que pie cojeas podríamos deducir…
Tenlo en cuenta en tú día a día y en como te comunicas y seguro que te sorprenderás más de una vez…
Via: David Berruezo
Pues yo debo ser lo peor porque me paso el dia criticando muahahahha
Está claro, muchas veces no te das cuenta, pero cuando has dicho algo o incluso pensado o juzgado a alguien, y dos días después te ves en la misma situación que criticaste, buffff, te quedas con una cara de bobo… A demás de cuando criticas y criticas una forma de actuar y en un momento te das cuenta de que hablas de ti y que si tanta rabia te da, es porque eso forma parte de tu manera de ser.
Muy buen post el de David.
Un saludo.