En realidad, las probabilidades de que te toque un billete de lotería es bastante ínfima!!
Cualquiera en estado de sano juicio no compra lotería. Pero la compra de lotería no es un ejercicio de maximización de posibilidades, sino de igualarlas con los nodos más cercanos de la red…familiares, compañeros de trabajo, la panadería, el super, el equipo…
Es decir, que no compramos por que nos vaya a tocar, sino porque no soportamos que les toque a nuestros conocidos…Quién puede aguantar a la vecina del quinto, o a la frutera del mismo supermercado, con una cadena de ositos Tous puesta encima del mandil…