Es habitual tener actitudes preconcebidas sobre las cosas y nos cuesta dar nuestro brazo a torcer porque nos puede el orgullo y la tozudez.
Las actitudes de las personas respecto a las cosas, temas y personas que nos rodean en nuestras vidas están influidas por nuestras vivencias previas respecto a ellas y por la opinión de las personas con las que os relacionáis y canales de comunicación que seguís.
Hay mucha gente que está en contra del aborto, por poner un ejemplo y su entorno familiar se posiciona en contra del mismo porque sí. Así que no es de extrañar que los hijos de esa familia sean carne de cañón y salgan pensando lo mismo porque es lo que han escuchado día tras día y las personas imitamos lo que vemos en nuestro entorno y circulo cercano para sentir nuestra pertenencia a un grupo.
Todo aquel que tenga una postura definida, debería ser capaz de abrir su mente y escuchar la información de ambos lados, documentándose para llegar a tener una idea adecuada. A veces, defendemos algo porque siempre lo hemos escuchado, pero no nos habíamos parado a analizarlo. A veces defendemos cosas que no son del todo ciertas y pueden ser fácilmente rebatibles con argumentos sólidos.
Está claro que nadie puede opinar sobre la actitud de los demás hacia determinadas cosas o temas aunque si que podéis intentar hacerle ver que hay otras perspectivas sobre ese tema que él se niega a percibir porque le interesa. No es cuestión de reprochar sino de mostrar que hay luz por bastantes lados del túnel.
¡Cuántas veces tenemos el típico caso de un compañero que no puede ver a otro en su trabajo porque piensa de una forma sobre algún punto, o porque defendió determinada postura en una reunión…! ¿Qué tiene eso que ver para que os caiga mal? El trabajo es eso, trabajo y no os debe influenciar en la visión de los demás como personas. No todas las personas tienen que pensar igual que vosotros y eso no es motivo para que os caigan mal. Las cosas deben tener motivos más sólidos y razonados. Pero claro, las personas vamos metiendo una y otra vez la pata como borreguitos, comportándonos peor que nuestros hijos y después nos sorprendemos de ciertas actitudes y comportamientos de nuestros jóvenes. Y no deja de ser lo que ven en sus casas y entornos de estudios, trabajo…
Vuestras actitudes hacia las cosas tienen que ser flexibles y estar dispuestos a cambiarlas cuando veáis que no son adecuadas porque eso os ayudará a crecer como personas, independientemente de que los demás no hagan eso. Debéis de forjar vuestra personalidad porque el sentirnos afines a un grupo de personas no quiere decir que tengamos que coincidir en todo con ellos porque la diversidad es buena y necesaria.
¿En que se fundamentan vuestras actitudes?
Mal ejemplo el del aborto. ¿Piensas realmente que la gente que está en contra del aborto es porque sus padres le han dicho que hay que estarlo? Estar en contra del aborto es estar a favor de la vida. ¿O tu eres como la Aido que piensa que un feto es un objeto?
Hola Juan,
Estoy de acuerdo en que la mayoría de las personas ponen el piloto automático y se olvidan de preguntarse si eso que creen está bien o incluso si es cierto. El problema es que muchas veces tan siquiera son conscientes de ello y, como en la caverna de Platón, el que trata de enseñar la luz o es un loco o no tiene ni p#ãrsta idea…
Saludos,
Hola Pablo,
Aquí no estamos debatiendo sobre el aborto así que mi opinión sobre el tema no interesa. Era un ejemplo genérico que se puede poner de muchas cosas.
Saludos,
Juan
Hola Jesús,
Efectivamente las personas nos dejamos llevar por las emociones sin pararnos a pensar sobre lo que pensamos y ver el otro lado también. De acuerdo contigo en que a veces uno no se da cuenta de ello hasta que los demás no se lo hacen ver.
Saludos,
Juan