Ser capaz de persuadir a un consumidor depende, en gran medida, de la capacidad de llegar en el momento adecuado, a través del canal correcto, con el mensaje certero y con la oferta adecuada.
Es decir, personalizando todo lo posible nuestra oferta. ¿Cómo personalizar?. Tenemos mil formas y una de ellas podría ser a través de la gamificación. ¿Qué es la gamificación? Tan sólo jugar con el cliente. Por ejemplo, si tenéis una tienda de comercio electrónico podéis premiarlos con un distintivo específico según compras, según antigüedad, según la repetición de ciertos artículos. ¿Cómo? Pues con una solemne simpleza, con unas pegatinas personalizadas en las que añadáis un pequeño código descuento de acuerdo a lo anterior.
Parece sencillo pero, a día de hoy, pocas marcas se preocupan al 100%. ¿Por qué?. Dejadme que os cuente primero y comentamos después:
En un hospital se encontraba internado un enfermo cuya salud decaía con el pasar de los días. Éste no veía mejoras en su estado.
Un día, el Doctor que le revisaba se encontraba dando sus habituales rondas. Al entrar en la habitación del paciente le preguntó a éste qué le aquejaba.
El enfermo sin dudarlo respondió que estaba sudando más de lo normal. Ante esto el Doctor dijo:
– Todo parece normal. Estás bien.
Al día siguiente, el Doctor volvió a visitar al paciente. Éste indicó que se encontraba más enfermo que el día anterior, y que tenía mucho frío. Ante esto el Doctor respondió:
– No pierdas la paciencia, todo está bien.
Pasaron algunos días y el Doctor volvió a visitar al enfermo. Éste, visiblemente desmejorado, volvió a indicar que se encontraba más enfermo y no conseguía conciliar el sueño. El Doctor respondió nuevamente:
– Estás bien.
Al retirarse el Doctor de la habitación, escuchó al enfermo decir a sus familiares:
– Creo que me voy a morir de estar bien, pero cada día estoy peor.
Ante esto, el Doctor sintió vergüenza y entendió que debía prestar más atención a las necesidades de sus pacientes.
¿Te sientes reflejado?. Tan sólo dedica unos segundos y piensa si tratas a tus clientes en modo automático…
Como en la fábula anterior, es necesario que reforcemos la atención que dedicamos a nuestros clientes y que nos esforcemos por personalizar cada contacto con nuestra empresa… hay que abstraerse de la rutina y preocuparse de verdad por los clientes.
¿Y tú?, ¿personalizas la experiencia de tus clientes?. Si es así, cuéntanos como.
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